Introspección

Siento que poco a poco comienzo a soltarme y de mí comienzan a salir alas. 

La angustia y la pena que tanto tiempo contuve se convirtieron en una felicidad extraña cuando pude salir a ver el mar, y dibujar las rocas con mi pincel gigante.

A su vez, sentía que del mar salía un aura, la cual no sabía si eran mis emociones que se las llevaba el mismo o tal vez ese frescor me hacía aceptar mi pena y verla con más claridad.

Siempre se nos ha enseñado que la tristeza es mala, yo no coincido con ese pensamiento.

Creo que que la tristeza es sabia, y no se irá hasta que aprendamos a habitarla y transformarla en otra cosa.